Decía Honoré Balzac que “aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”. Y tenía razón. Si nos permitimos cambiar, todo nuestro entorno se ve afectado por ese cambio. Progestión un día apostó por sus equipos y les ofreció participar en un proceso de crecimiento que daría sus frutos.
Cuando las personas que forman parte de un equipo quieren dar lo mejor de sí mismas y sacar su máximo potencial para ponerlo al servicio de las personas que atienden, se abren a un proceso de coaching.
Eso es exactamente lo que ha sucedido en nuestra asociación, en el servicio jurídico y de empleo. Son equipos especialmente cargados de trabajo, pero no han querido dejar pasar la oportunidad de mirarse como equipos, revisar deseos y objetivos, y poner sobre la mesa sus luces y sus sombras para convertirse en sus mejores versiones.
Tras reuniones y talleres, esfuerzos para hacer huecos y, sobre todo, honestidad, Gabi, Conso, Marta, Isabel, Virginia, Paqui, Tamara, Paloma y Ana han podido vivir en sus equipos lo que supone abrir sus corazones al cambio y a la búsqueda de la excelencia profesional para mejorar sus relaciones, sus procesos y, en definitiva, su trabajo. Sólo ellas pueden explicar lo que ha supuesto el proceso vivido y las mejoras que han venido aparejadas.
El secreto, en mi opinión: ganas de ser mejores profesionales, honestidad en las reuniones y talleres, y comunicación, mucha y sana comunicación.
Laura Rosales. Psicóloga y Coach. Equipo Psicosocial de la Asociación Progestión.