Jornadas Desgenerando Barrio en el Centro Cultural Oporto de Madrid

Así vivió la jornada Marta Calderón, estudiante del Título Propio en Género, Migraciones y Derechos Humanos de la Universidad Complutense de Madrid y Voluntaria de nuestra entidad en el proyecto WARMI

Autora de texto e imágenes: Marte Calderón (Voluntaria Asociación Progestión)

Este pasado 6 de junio se celebraron las III Jornadas Desgenerando Barrio en el Centro Cultural de Oporto, en Madrid.

Tuve el placer de poder asistir a la mesa redonda como voluntaria de la Asociación Progestión, celebrada en el Salón de Actos del propio Centro, la cual empezó algo más tarde de la hora establecida previamente, pero aspecto que a mi parecer no fue importante teniendo en cuenta que las personas asistentes se quedaron hasta el final de la misma. Cuando llegué pude observar que la sala con un aforo de 110 personas, estaba ocupada algo más de la mitad (3/4 del total), con personas de muy diversas edades y en su mayoría presencia femenina. Aunque no puedo decir con exactitud el número de hombres, sí sé que no llegaba a 10.

Esta mesa redonda, estaba conformada por tres ponentes, dos mujeres (Nuria Varela y Marian Álvarez) y un hombre (Joselu Palomares).

Nuria Varela es una persona muy conocida, experta en feminismo y violencia de género y autora de varios libros como Feminismo para Principiantes o Cansadas, entre otros. Ella fue la que empezó a hablar verbalizando una experiencia que había tenido con una compañera esa misma mañana antes de las jornadas. Expuso que se ha normalizado tanto la desigualdad que es muy difícil verla, por eso el éxito del patriarcado es esta invisibilidad. También explicó de una forma muy sencilla al lenguaje de todas, cómo enfrentarnos a esta invisibilidad y normalidad, puesto que si no vemos esta desigualdad es muy difícil luchar contra ella. De ahí, que lo primero que debamos hacer es ponernos las gafas violetas, y entender que el feminismo empieza con la toma de conciencia y construyendo un NOSOTRAS.

Nunca ha habido una generación de mujeres que haya tenido tanta capacidad sobre sus propias vidas como ahora”. Incidió mucho en el hecho de que la educación desde pequeños y pequeñas es el pilar fundamental para luchar contra la desigualdad e incorporar y crecer en igualdad.

Las personas escuchábamos con gran interés y cuando finalizó su ponencia tuvo un aplauso muy ovacionado. Seguidamente comenzó a hablar Marian Álvarez, periodista de profesión y madre de dos hijos varones.

Ella, durante todo su discurso, contó su experiencia vital: su vida cambió hace un año cuando entró de lleno en el feminismo y se unió con compañeras de profesión, y a día de hoy dice seguir aprendiendo. Cuenta con gran valentía momentos de vida que la tocó vivir como periodista, tales como negarse a tener servicios sexuales con un compañero jefe de profesión de una cadena de televisión, ver cómo ascendían a compañeros hombres y a ella aun teniendo más antigüedad ni se lo planteaban, o ser despedida cuando estaba embarazada. A través de estas experiencias, verbaliza que «los medios de comunicación suelen cargar sobre las mujeres la culpa de la violencia que reciben, no sobre quienes la ejercen sobre ellas«.

Fue una ponencia contada desde el humor y, en mi opinión, eso da mucho valor a la persona ponente y a la valentía de contar experiencias de vida que no fueron agradables para ella.

Ya por último, era el turno de Joselu Palomares, educador de calle con jóvenes de profesión y hombre en camino de deconstrucción. A mi parecer, es bueno que en unas jornadas como organizadas desde las personas del barrio, también tuviera presencia un hombre exponiendo cómo primera pregunta dentro de su intervención ¿Dónde están los hombres?”, pregunta muy significativa, teniendo en cuenta la poca presencia de éstos en las jornadas.

Él expuso, y hablando en primera persona del plural, que tienen que reconocerse como personas sobrevaloradas en la sociedad en muchos aspectos y facetas tanto en los espacios públicos como privados. Verbalizó de forma muy elocuente que los hombres nacen con una tarjeta VIP que conlleva muchos privilegios y que de ellos depende y son responsables de que esto continúe así: lenguaje masculino genérico, ocupación de los espacios públicos, invisibilización de lo femenino, formas de comunicarse con el otro u otros géneros, formas en las que se ejerce el control, entre otras. Cómo última parte de su exposición, explica que existen cuatro tipos de hombres.

Cuando ya todos los ponentes terminaron su exposición, se dio la palabra al público, no sólo si querían hacer preguntas, sino  también pudiendo dar una opinión, reflexión sobre lo que estas personas consideraran teniendo en cuenta la temática que se estaba tratando. Aspecto muy valorable positivamente, fue la opción de si alguien no se atrevía a hacerlo en público, pudiera hacerlo en papel y desde la mesa se leía la pregunta/reflexión y se debatía. En este debate, el ponente observó y escuchó pero no habló, dando espacio única y exclusivamente a las mujeres que allí nos encontrábamos.

Además de estas ponencias, se dedicó un tiempo al visionado de tres cortos y un posterior debate. También había preparada una visita guiada por la exposición para quienes desearan hacerla.

La tarde estuvo amenizada por una sesión de zumba en la que la música y la alegría dominaron a las asistentes, y como broche final la Batukada Que Entiende sumó ritmo a todo lo acontecido a lo largo del día.

Como conclusión, y en mi opinión, creo que las jornadas estaban muy bien organizadas, que muchas personas habían trabajado para que saliera adelante y todo lo que estaba en el cartel pudiera llevarse a cabo.

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