La música y el baile nos hacen sentir bien. Pero, ¿pueden ser un instrumento de empoderamiento para las mujeres? Yolanda Lucas, creadora del proyecto Danza Mual, tiene claro que sí: “la danza es sanadora, es una herramienta de desarrollo personal en sí misma, nos permite entrar en contacto con nuestro yo interior y amar nuestro propio cuerpo”.
Por eso sus talleres no son para aprender a “bailar bien”. Lo interesante, dice, es que las participantes “se queden con la sensación de que han aprendido algo para ellas, no solo con la técnica» de la danza.
Se trata de que las mujeres tomen conciencia de su propio cuerpo, de sus curvas y de su movimiento, de que conecten con su feminidad y se acepten y se gusten.
La danza permite que este aprendizaje se produzca de forma directa y en un nivel muy profundo. En su opinión, una charla a la que se asiste como oyente de forma pasiva, escuchando nada más, no tiene tanta fuerza ni tanto impacto en la persona que recibe el mensaje.
Y a juzgar por los comentarios de las participantes del taller de este martes, parece que no va desencaminada:
“Me sentí bien, tranquila y segura de mí misma” / “Esta experiencia me ha ayudado a darme cuenta de la fuerza que tenemos dentro” / “En el taller se han creado energías positivas y de agradecimiento a todo lo que nos rodea” / “Me he sentido muy bien, en contacto conmigo misma y con mis compañeras”.
Progestión organizó este taller gratuito dirigido a mujeres extranjeras no comunitarias en el Espacio de Igualdad María de Maeztu. Asistieron 11 mujeres de diferentes nacionalidades.