Mujeres de aquí y de allá, vecinas del barrio y de la ciudad de Madrid, reunidas en el mismo lugar para ver una película y reflexionar sobre el día a día de las mujeres. Ese era el objetivo que perseguíamos en Progestión con el primer Encuentro de Cine del año.
Preparamos el espacio, las palomitas y la bebida… y, poco a poco, nuestras invitadas fueron llegando. A lo largo de la proyección de la película pudimos escuchar risas, expresiones de sorpresa y otras que, más bien, mostraban lo contrario: el saber que eso que veían en la pantalla reflejaba el pan nuestro de cada día en materia de desigualdad de género y estereotipos racistas. Y es que cada día nos enfrentamos como mujeres a un sinfín de micromachismos y de violencias (no tan micro), que nos cambian la vida, que dificultan nuestra realización personal y nos alejan de la libertad y la felicidad.
Estas fueron algunas de las reflexiones que surgieron tras el visionado de la película. Y no solo relacionadas con el género. También el racismo imperante, asumido por las personas como una mera forma de expresión y obviando el daño que causa a quienes marca y afecta.
Fue especialmente interesante observar cómo las mujeres que participaron fueron las primeras en darse cuenta de que no sólo lo viven en su piel, sino que, en muchos casos, han participado de la transmisión de esos roles de género que tanto nos limitan, y que, en definitiva, no son más que barreras para la libertad de elección y el bienestar de hombres y mujeres.
Tras una tarde juntas, examinando las situaciones que la película plasmaba y reflexionando sobre cómo eso formaba parte de nuestra vida de una u otra forma, así como generando un compromiso de cambio en la medida de nuestras posibilidades como mujeres en nuestra sociedad actual, sentimos que hemos conseguido nuestro objetivo con este Encuentro de Cine.